Nació como un duelo de barrio un siglo atrás, tuvo su esplendor en los ’70 y se apagó en las últimas décadas. Repaso de los choques históricos y el detalle estadístico tras 145 partidos oficiales.
Nota actualizada el 25/09/2022
Por Juan Miguel Alvarez y Sebastián Arana
El clásico con más historia del fútbol marplatense es San Lorenzo – Kimberley. Instituciones antagónicas desde su creación, que afrontaron duelos memorables en los añorados años ’70 y que hoy están lejos de encender pasiones de multitudes.
Más allá del presente devaluado, es un momento oportuno para rememorar los grandes partidos que protagonizaron y documentar el historial que comprende nada menos que 145 choques oficiales entre torneos anuales, los preliminares al Oficial (Competencia, Preparación o Copa Palau), los clasificatorios a los Regionales y Nacionales y un duelo en la máxima categoría del fútbol argentino: en el Nacional 1973.
La ciudad tuvo otros clásicos que sobresalieron, como el Quilmes-Independiente (desde la década del ’30 a la del ’60) o el corto pero intenso Aldosivi-Alvarado (en los ’90). Pero el Kimberley-San Lorenzo abarcó un periodo mucho mayor y quedó marcado a fuego en un momento cumbre de la Liga Marplatense, cuando la competencia era un trampolín hacia los torneos Nacionales, disputados entre 1967 y 1985.
Los dos clubes nacieron en 1921, con pocos días de diferencia: Kimberley se fundó el 6 de julio y San Lorenzo el 1 de agosto. Y crecieron a escasos metros de distancia.
Por consiguiente, el clásico se originó en los potreros del barrio. Durante un siglo, se jugó en distintas canchas y categorías. Le dio un marco incomparable -para un partido del ámbito local- al desaparecido estadio San Martín y también tuvo un colorido especial en el estadio Mundialista.
El domingo 11 de septiembre de 1921, hace exactamente cien años, se escribió el primer capítulo, aunque en un partido de carácter amistoso: Kimberley se impuso 1-0.
Tras lograr la afiliación a la Liga Marplatense, ambos compitieron en 1922 en la División Intermedia, que era una segunda categoría en la que también jugaban algunos clubes de Primera con sus equipos de “reserva”. Sin embargo, ese año estuvieron en distintos grupos y no se enfrentaron.
El primer cruce oficial fue en 1923. Se midieron por la segunda fecha, el 5 de agosto, y San Lorenzo festejó en Plaza España por 1-0 con tanto de Sebastián Bortolotto.
Fue el inicio de una serie de cinco triunfos consecutivos del “rojinegro”, varios de ellos por amplio margen: el 7-0 que le propinó en 1925 es todavía la mayor goleada histórica del clásico.
El dominio abrumador de San Lorenzo se cortó en el choque más importante de la década, la final del torneo de Intermedia de 1927. Ambos ganaron sus respectivos grupos y el 18 de diciembre disputaron el partido por el ascenso en Plaza España, con victoria de Kimberley 2 a 1. Enrique García -de penal- e Italo Falaschi anotaron los goles del campeón. El encuentro se dio finalizado por incidentes ocho minutos antes del final del tiempo reglamentario. Alfredo Chiclana, de San Lorenzo, le propinó un golpe de puño a Rafael Bello, de Kimberley. Acto seguido, se trenzaron en una pelea colectiva el resto de los protagonistas y algunos espectadores. El clásico ya estaba “encendido”.
Al año siguiente, ascendió San Lorenzo. Así, en la jornada inaugural de 1929 tuvieron el primer cruce en la máxima categoría de la LMF: un empate sin goles que no estuvo a la altura de las expectativas.
De los 145 clásicos oficiales se jugaron 112 en el campeonato de Primera, 15 en Intermedia/B, 6 por Copas (Competencia, Preparación o Palau), 9 en el Torneo Extra o Clasificatorio al Regional, 2 en un Clasificatorio al Nacional y el restante en el propio Torneo Nacional.
La década del ’30 fue de paridad en los resultados entre ellos, aunque Kimberley fue protagonista principal del torneo local: ganó tres títulos. Además, se impuso en los partidos más importantes.
En el torneo de 1936 afrontaron una final virtual. El encuentro, postergado de la décima fecha, fue el último en jugarse, el 3 de enero de 1937. El elenco “albiverde”, que llegaba con un punto menos que su rival directo por el título, ganó por un amplio 6-1, lo superó en la tabla y se consagró campeón.
Ese año había comenzado con una victoria del “rojinegro” en otro clásico con un trofeo en juego: se impuso 1-0 en la definición de la Copa Palau Leyrés (a beneficio del Hospital Mar del Plata) gracias al tanto de Carlos Superville.
En 1938 los dos pelearon en la parte baja. San Lorenzo terminó último y descendió (no volvió a Primera hasta 1956); mientras que Kimberley quedó anteúltimo, jugó la Promoción y se salvó.
Volvieron a verse las caras en Intermedia, en 1942, tras el descenso del club de la Avenida Independencia. El reencuentro fue fugaz, pero dejó en el historial otro gran choque. Kimberley, que fue campeón y recuperó rápidamente su lugar en la máxima categoría, derrotó 2-0 a San Lorenzo y lo mandó a la Segunda de Ascenso, entonces la tercera división del fútbol marplatense.
Con Kimberley en Primera y San Lorenzo en el ascenso, entre 1943 y 1953 pasaron el periodo más extenso sin enfrentarse oficialmente: once temporadas.
Con el descenso de Kimberley, en 1954 volvieron a coincidir en Primera B. El clásico empezó a disputarse más seguido, ya con torneos a dos ruedas.
El regreso no pudo tener un escenario mejor: nada menos que el San Martín. Y la primera vez fue con victoria kimberleña por 3-1. Desde entonces, jugaron 50 veces en el mítico estadio.
En 1955, el “rojinegro” se desquitó con un contundente 7-1 con cuatro goles del eterno Alfredo “Lechuga” Borgnia, ex Ferro Carril Oeste y San Lorenzo de Almagro.
En 1956, San Lorenzo ascendió con una gran campaña (18-3-1), pero no le pudo ganar a Kimberley, con el que empató 2-2 y perdió 1-0. Al año siguiente, fue el “dragón” el que subió a Primera.
Desde entonces, los dos siempre jugaron en la elite del fútbol marplatense.
En 1962, Kimberley ganó los dos clásicos y fue campeón. Tras eso, se inició la “Edad de Oro” de San Lorenzo: se consagró hexacampeón entre 1963 y 1968, con lo que estableció un récord de títulos consecutivos en la LMF.
En 1965, por la fecha 19, San Lorenzo logró la igualdad 1-1 con un gol de Raúl Francisco Gutiérrez a los 37′ del segundo tiempo y mantuvo la ventaja de un punto sobre su clásico rival, a la que se aferró en las tres jornadas restantes del torneo.
En la fecha 9 de 1966, San Lorenzo remontó una desventaja de dos goles y se impuso 3-2 en cancha de Nación, con dos goles de Ludovico Avio (jugó con la Selección Argentina el Mundial 1958) y uno de Domingo Rodríguez (ex River Plate). En la segunda rueda, el “rojinegro” volvió a ganar un partido emotivo, ahora 1-0 con otro gol de Avio a los 44′ del segundo tiempo.
En la segunda fecha de 1967, Kimberley provocó la única derrota en el torneo de San Lorenzo (3-1). Pero después el campeón tuvo su revancha con triunfo 1-0 merced a un gol de Modesto Benítez; en ese partido “Bocha” Gonzalbe desperdició un penal para el “dragón” sobre el epílogo.
En 1969, empataron dos veces en el Pentagonal final y se cortó la hegemonía de San Lorenzo precisamente a manos de Kimberley. El “albiverde” corrió de atrás en ambos partidos y empató a poco del final. El de la segunda rueda fue con un tanto salvador de “Cacho” Catalano (campeón con Boca Juniors) a los 45’ del complemento.
La década del ’70 fue la que más partidos tuvo (31) y en la que sacó una buena ventaja el “santo”. Fue el momento cumbre del clásico, ya que ambos fueron habituales animadores del torneo local y disputaron muchos encuentros decisivos.
El 1970 fue un gran año para Kimberley, campeón del Oficial con una única derrota –precisamente ante su clásico rival, al que había goleado 4 a 1 en la primera rueda- y se prolongó en la Copa Competencia de 1971 con un triunfo 1-0 sobre San Lorenzo en la final, gracias a un gol de José Malleo.
Sin embargo, en ese mismo 1971, comenzó a darse vuelta la taba. Ese año tuvo un choque muy recordado, trascendental para la definición del torneo. Fue triunfo de San Lorenzo –campeón gracias a ese resultado- por 1 a 0 en el estadio San Martín. Pero lo anecdótico fue que el gol de Juan Domingo Loyola, sobre el final, llegó a través de un penal dudoso cobrado por el árbitro José Francisco Bujedo por agarrón de José Mitrovich a Miguel Angel Sernia que todavía hoy se discute. El partido terminó con invasión de cancha de furiosos hinchas kimberleños deseosos de “trompear” a Bujedo y con una fuerte intervención policial para calmar los ánimos.
Al año siguiente se repitió la historia de un campeón que no fue invicto por culpa de su eterno rival. San Lorenzo logró veinte triunfos, tuvo un empate y una derrota, la que le propinó justamente Kimberley en la primera ronda. Pero el clásico de la segunda rueda, el decisivo, prácticamente le aseguró el título: triunfo 2-1 con un recordado gol definiendo desde el piso de Norberto Omar Eresuma.
En el Selectivo 1973, clasificatorio al Regional, San Lorenzo goleó 4-0 con un doblete de Héctor Buyatti y se quedó con el hexagonal.
El partido más importante entre ellos, por jerarquía de torneo, fue ese mismo año, nada menos que en el Nacional ’73. El 24 de octubre jugaron el interzonal correspondiente a la quinta fecha y quedaron a mano: cero a cero en el San Martín.
En el Torneo Extra de 1974 fueron protagonistas de un triangular desempate, también con un boleto en juego al Regional de 1975. San Lorenzo ganó en la fecha inicial por 4-3 con un polémico arbitraje de Jorge Rezk, quien sancionó dos dudosos penales consecutivos para San Lorenzo y cerca del final para revertir la derrota parcial, ambos convertidos por Loyola. Kimberley no se presentó en la fecha siguiente ante Círculo a modo de protesta por lo que consideró un despojo. El “patanegra” venció a los otamendinos y clasificó.
La serie invicta más extensa de Kimberley en clásicos es de 9 encuentros (1988/1995), con ocho triunfos y una igualdad. Se terminó con una derrota en tiempo suplementario, en la final de 1995. La racha sin caer más prolongada de San Lorenzo es de 7 partidos (1972/74), con cuatro victorias y tres empates.
En el Torneo Extra 1975 Kimberley se impuso 2-1 a San Lorenzo en la segunda fecha del cuadrangular y después se quedó con la plaza para el Regional.
En 1976 se midieron en un cruce directo por un lugar en el torneo Nacional. Empataron 2-2 la ida y San Lorenzo ganó por un contundente 4-1 la vuelta con dos goles del implacable “Llamarada” Eresuma.
Al año siguiente tuvieron otros duelos determinantes, ya que desempataron el primer puesto del Torneo Extra, clasificatorio al Regional. Nuevamente festejó San Lorenzo, con victorias 1-0 y 4-2, ambas en la cancha de Nación.
Mientras que el 28 de abril de 1979 jugaron por primera vez en el estadio Mundialista (fue triunfo de San Lorenzo 2-0), escenario de ocho clásicos.
La década del ’80 fue muy favorable a Kimberley, pero empezó con otro choque decisivo para el “santo”. En el clásico que se jugó en la última fecha del torneo 1980, San Lorenzo ganó 3-1 (dos goles de Loyola y otro de Pablo Galay), pasó a Kimberley en la tabla y quedó igualado en puntos con General Mitre, al que derrotó en el partido desempate. Jazmín Ciancio concedió a los ganadores otro penal muy discutido (convertido por el infalible Loyola, claro está) y todo terminó en un nuevo escándalo y con el propio árbitro detenido a instancias de un comisario hincha del “dragón”.
En un cuadrangular de 1984, Kimberley celebró 3-1 con goles de Juan Carlos “Pinino” Surace, Javier “el Chueco” Da Silva y Juan José Retamoza y se quedó con la plaza al Torneo del Interior.
Desde mediados de los ’80, el clásico se “apagó”. Como también decayó el interés por el fútbol marplatense.
Kimberley tuvo celebración completa en 1986 y 1991, cuando se impuso en los clásicos y también dio la vuelta olímpica.
Sin embargo, los duelos directos sucesivos más importantes nuevamente quedaron en manos de San Lorenzo.
La mayor goleada en un clásico fue un 7-0 de San Lorenzo, en 1925. Treinta años después, logró un 7-1. La victoria más abultada de Kimberley fue un 6-0, en 1981, torneo ganado por su clásico rival. Antes había logrado un 6-1 en 1937 (torneo de 1936). San Lorenzo se impuso tres veces 5-0: en 1926, 1933 y 2003.
En 1995 el “rojinegro”, al mando de Mario Gambini, derrotó 2-1 en tiempo suplementario a Kimberley con sendos goles de Ricardo Falagán, en la final anual de la LMF, la última de primera división disputada en el “San Martín”.
Al año siguiente, se consagró bicampeón tras otro choque decisivo ante el acérrimo rival. Llegaron igualados en puntos a la última fecha y el equipo dirigido por Rubén Giménez se impuso 2-1 en su cancha con un gol agónico de Claudio Casas (con el empate daba la vuelta Quilmes).
Ya en el actual milenio, Kimberley-San Lorenzo pasó a ser definitivamente un partido más. Pero por los nuevos formatos de torneos, se cruzaron varias veces en duelos eliminatorios. El “albiverde” ganó la semifinal del Apertura 2011 y los cuartos de 2018. Mientras que el “rojinegro” celebró en los octavos de final de 2013.
En 2019 jugaron la final anual del torneo local. Y muchos de los “viejos” fanáticos volvieron a estar detrás del alambrado para revivir aquellos recordados sentimientos.
San Lorenzo se impuso 1-0 en la ida, pero Kimberley dio vuelta la serie en la revancha con victoria 2-0 (goles de Emiliano Fortete y Marcos Rondanina) y se consagró como el más campeón de la Liga Marplatense, con 17 trofeos.
Encima, en 2018 pasó por primera vez al frente en el historial, después sacó diferencia y actualmente lo domina por 58-52, con 35 empates.
Todo clásico es especial. Más, uno que tiene 100 años de antigüedad. Y semejante historia merecía documentarse con estadísticas, goleadores, historial. Porque lo que generó pasiones tan profundas no puede quedar en el olvido.
Los goleadores del histórico clásico son grandes artilleros del fútbol marplatense. Juan Domingo Loyola es el máximo anotador, con 15 conquistas, seis de ellas de penal. Con la particularidad que casi todas sirvieron para conseguir el triunfo. Tal vez la más importante de todas haya sido la del famoso “penal de Bujedo”: valió un partido, un título y prácticamente una clasificación al Nacional 1972.
La mayor racha de victorias consecutivas de ambos es de 6 partidos. San Lorenzo la logró entre 1923 y 1926, mientras que Kimberley la alcanzó entre 1988 y 1991.
Norberto Eresuma, quien jugó en los dos clubes, está segundo en la tabla, con 12 goles. Once de ellos fueron para San Lorenzo y el restante para Kimberley. Y cuando marcó, su equipo no perdió. Su gol en el clásico de 1972 fue tan trascendente como aquel de “Mingo” Loyola un año atrás. Lo curioso del caso fue que, habiendo sido tantas veces verdugo de los “verdiblancos”, las cenizas del legendario goleador se esparcieron a pedido suyo en el “José Alberto Valle” kimberleño.
Tercero aparece otro futbolista histórico del “santo”, Jorge “Pocho” Pereyra, autor de 10 tantos. El wing derecho debutó con apenas 16 años en un clásico y, encima, en ese partido marcó el gol del triunfo 1-0 de San Lorenzo, en la B, en 1955.
Alfredo Borgnia, otro jugador “rojinegro”, logró 7 goles, cuatro de ellos en un solo encuentro, disputado el mismo año mencionado en el párrafo anterior.
Ya en la década del ’80, Víctor Hugo Arce marcó 7 tantos con la camiseta de Kimberley.
Luis Dreón, goleador de San Lorenzo en las décadas iniciales, sumó 6 dianas en los partidos contabilizados, pero la cifra real puede ser superior porque no quedaron registrados en los diarios los goleadores de dos de los clásicos que disputó.
Otro jugador que registra seis tantos es Hugo Sangorrín. El histórico mediocampista central de Kimberley ostenta el récord de presencias en los clásicos, con 37 partidos jugados entre 1961 y enero de 1977.
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